Colección: Cempasúchil

Hace ya más de un año que me empecé a sentir perdida.

Sin inspiración. 

Sin motivación.

Sin ganas de nada.

Sin energía. 

Básicamente habitando mi cuerpo de forma rutinaria, resolviendo el día a día, cumpliendo con mi otro trabajo (si, tengo otro trabajo) y haciendo encargos de joyería. Mi mejor esfuerzo enfocado en la maternidad solitaria y tratando de ser la mejor hija y amiga con lo que tengo en el contexto en el que vivo. Esperando todos los días a que la inspiración divina llegara a tocar a la puerta, y nada más no llegaba. 

Pasaba el tiempo y yo seguía sin reconocerme, pero entendía que no era depresión, era diferente: una sensación de soy yo pero no soy yo. Hasta que un día, gracias a los algoritmos de instagram, me apareció el tema perimenopausia y menopausia. Hace algunos años tuve una histerectomía parcial, así que no podía basarme en la menstruación para saber si ya estaba en esa etapa, y en la ignorancia pensaba que el único síntoma eran los bochornos y yo no tengo (gracias universo). Pero investigando un poco más, era obvio que tenía otros síntomas como el brain fog, el cansancio, la falta de energía, los constantes olvidos, la subida de peso solo por oler comida y la misofonía, entre otros. Y ese desinterés e indiferencia a la vida en general, no me encanta. 

Mi mamá es muy japonesa y nunca me platicó nada acerca del tema, y confieso que yo tampoco le he preguntado. Pero recuerdo a mi abuelita de Japón diciendo que un día envejeces y te conviertes en hombre, obvio era un chiste y ¡me muero de risa cada vez que me acuerdo! La verdad es que ni me siento tan vieja y mucho menos hombre ¡jajajajaja!

Y por supuesto ya no me acuerdo de lo quería comunicar ni del orden. Pero lo voy a dejar sin corregir porque así funciona mi mente sin estrógenos propios a los 49 años. 

A few moments later… 

Ah si, y un día me llegó la inspiración que tanto esperaba. Esta flor es la que me representa ahora, no porque en México la identifiquemos con los muertos, sino pero porque su color brillante está asociado con el sol y la energía, y con sus pétalos se hacen caminos para guiar a las almas. ¡Necesito esa energía y encontrar el camino que guíe a mi alma! Porque ya por sea por menopausia, o por otras muchas razones, a veces necesitamos ese faro para orientar a nuestro espíritu. 

Hoy les presento mi nueva colección Cempasúchil deseando que su espíritu y su alma se sientan acompañadas en un camino cálido, brillante y acogedor cuando usen estas piezas de joyería que hice con todo mi cariño. ¡Espero que les gusten!

Les comparto otros datos interesantes acerca del Cempasúchil:

• Proviene del náhuatl cempohualxóchitl que significa veinte flores o muchas flores. 
• Los aztecas lo asociaban con el sol y la vida por su color amarillo/naranja.
• Se relaciona con lo divino, lo solar y lo que da energía.
• Los indígenas creían que tenía propiedades curativas y medicinales. Se usaba en infusiones y tés para malestares digestivos. También se usaba para elaborar alimentos, tintes textiles e insecticidas.
• Dualidad vida y muerte por su conexión con la naturaleza por la creencia del ciclo eterno.
• Es un puente simbólico entre los vivos y los muertos, para mantener la memoria y rendir homenaje.
• Con sus pétalos de color brillante y aroma fuerte, se hacen senderos desde el camino principal hasta el altar de la casa para guiar el camino a las almas. 
• Según la leyenda prehispánica más difundida, se centra en el amor entre Xóchitl (flor) y Huitzilin (colibrí). Ellos subían todos los días a la montaña a ofrecer flores a Tonatiuh, el dios del sol. Al morir Huitzilin en la guerra, Xóchitl le ruega a Tonatiuh que los reuniera. Al ver su dolor, la transforma en la flor de cempasúchil. El mito dice que mientras existan cempasúchiles y colibrís, el amor de Xóchitl y Huitzilin vivirá por siempre.